Hace un día estupendo para conducir trenes...

Los Sopeña, acaudalada familia andaluza, han forjado su imperio desde abajo, muy abajo. Leyendas y rumores cuentan que el patriarca, Don Antonio, es capaz incluso de aguantar varios días sin dormir una sola hora y que comenzó su fortuna al volante de un Taxi, y que poco a poco, gracias a su destreza, imaginación, capacidad de oratoria, visión para los negocios, y demás virtudes, su fortuna fue creciendo.

Creciendo hasta el punto de controlar y explotar la totalidad de la antigua linea entre Zafra y Jerez de los Caballeros, que adquirió en 2.020.

Tras comprar material motor y remolcado a la extinta renfe, que desapareció por completo en 2.015, hizo resurgir el tráfico de chatarra y bobinas en la zona, así como el de aceitunas, corcho de las encinas, embutidos y jamones, y su gran descubrimiento, un combustible ecológico a partir de los propios huesos de las olivas y que le hizo merecedor del Nobel de Ciencias en el año 2.010.

Sus negocios emplean a miles de personas por toda España.
En la zona, concretamente en la terminal ferroviaria, maquinistas, operarios, mecánicos y demás personal le admira y quiere como a un padre. El padre Antonio, Don Antonio...